¿Qué es la toxina botulínica?

Cumple la función de relajar los músculos, es por esto que su uso más popular es para suavizar los gestos expresión que terminan causando arrugas.

Quizá la principal ventaja de la toxina botulínica en lo que al ámbito de la estética se refiere sea que resulta bastante eficaz a la hora de reducir los signos visibles del envejecimiento en el rostro y cuello.

En este sentido, la aplicación de la toxina es extremadamente delicada y no está recomendado su uso en la zona inferior del rostro ni en personas con menos de 20 años ni más de 65, con ciertas excepciones como por ejemplo una sonrisa gingival. Además, sólo deben realizarla especialistas cualificados que posean un conocimiento preciso, tanto de las dosis y el instrumental necesario, como de la anatomía humana.

El resultado de la toxina botulínica se observa a partir de las 72 horas de haber sido colocada hasta 15 días después, el control con el médico tiene que ser entre los 7 a 10 días luego de la colocación del producto y de ser necesario se puede realizar un retoque en esa etapa.

La duración es de 4 a 6 meses.

En un procedimiento ambulatorio, en el que la paciente no queda incapacitada para realizar ninguna actividad.

Además la toxina puede tener varios usos como por ejemplo la hiperhidrosis (sudoración excesiva), bruxismo, jaquecas, hipertonía muscular (contractura exagerada de los músculos.

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